Tarjetas de crédito

Sí, existen diferentes tipos de tarjetas de crédito, esto tiene que ver con la necesidad de ofertar en el mercado diversos niveles de capacidad en cuanto a la cantidad de crédito que tiene la tarjeta y va muy relacionado el puntaje de crédito que tiene el cliente.

Expuesto esto, pasamos a un tipo de tarjeta de crédito que quizá no conozcas, pero si tienes un mal puntaje de crédito puede ser tú única opción segura a apostar para obtener una tarjeta, y, esas son las tarjetas de crédito aseguradas.

Tarjetas aseguradas: este tipo de tarjetas son llamadas así porque el cliente debe dar a la compañía un depósito para asegurar su futura deuda, es decir, que el mismo cliente paga su línea de crédito.

El mayor beneficio en este caso es que al cabo de aproximadamente uno o dos años habrá mejorado el puntaje de crédito y así el cliente podrá aspirar a una tarjeta no asegurada. Después de todo, cuando hablamos de tarjetas de crédito, para todos aquellos que desean obtener una de mayor crédito, aplica siempre el viejo dicho de “si no arriesgas, no ganas”.

Tarjetas de crédito estudiantiles: Algo importante que aclarar aquí, es que no necesariamente tienes que ser un estudiante para aspirar a tener una tarjeta que entre en esta clasificación.

Básicamente son tarjetas orientadas para aquellos con un límite bajo en el saldo bancario promedio y sus movimientos, cosa que da como resultado un puntaje bajo de crédito. Este tipo de tarjetas siempre tienen un límite bajo en crédito y una alta tasa de porcentaje de interés, a veces incluso por encima del treinta por ciento.

Tarjetas de crédito de tiendas: algo similares a las tarjetas estudiantiles, poca capacidad de crédito, altas tasas de interés y los saldos deudores deben pagarse siempre mes a mes.

Bueno, hasta ahora hemos estado nombrando únicamente las tarjetas hechas para los que no pueden aspirar a mucho al momento de solicitar una tarjeta de crédito, pero sabemos que si eres una persona de buen poder adquisitivo que de forma frecuente mueve el dinero, más bien resulta que los bancos suelen hacerte ofertas. Por esto, aunque al pasar por las principales categorías, luego, las clasificaciones hacen todo más extenso y suelen entremezclarse, haciendo todo de una línea más difusa y si realmente profundizamos en el tema, probablemente tendríamos para escribir un libro entero sobre esto, pero nos limitaremos a enseñar lo básico para fines de este artículo.

Comenzamos con tarjetas de cero intereses o de bajos intereses: en este punto hablamos de tarjetas con un nivel de crédito elevado y con una tasa de interés bajo en la línea de crédito para cada adeudo acreditado mediante la tarjeta, posiblemente con un plazo temporal el que los intereses serán de cero por cierto.

Lógicamente es cuestión de saber usarla, de tal modo que siempre puedas pagar las deudas por compras adquiridas con la tarjeta.

Tarjetas de crédito con recompensas: este tipo de tarjeta se diferencia del que acabamos de nombrar porque recibes recompensas por el uso frecuente de la tarjeta. La idea es usarla estratégicamente e ir pagando lo que adeudes con la tarjeta mes a mes y aprovechar las recompensas que obtengas.

Con estas tarjetas hay que tener cuidado, otorgan una peligrosa sensación de poder, en especial porque en algunos casos su crédito parece carecer de límites. Dicho esto, pasamos a profundizar un poco acerca de los sistemas de programas de recompensas.

Probablemente en esta parte ya estés pensando en el típico programa donde se acumulan puntos con todas las compras hechas con la tarjeta de crédito y estos pueden ser canjeados por diferentes tipos de premios preestablecidos que varían siempre según sea el caso. De ser así, estás en lo cierto, pero no es el único caso que puede llegar a presentarse.

Están las tarjetas de recompensa en cuyo programa se especifica algún descuento o recompensa en efectivo por usarla en alguna tienda o cadena de tiendas específicas.

También están las tarjetas de recompensa por viajes: Este tipo de tarjetas de por sí están subdivididas en unos cuantos tipos. Básicamente, tratando el tema de forma general, tenemos que decir que los programas de recompensas de esta clase permiten acumular puntos las recompensas en todo tipo de gasto que esté implicado en el viaje, comenzando por los gastos en aerolíneas, seguidas por las compras en tiendas durante el viaje e incluso gastos por transporte en general.

Tarjetas de crédito de transferencia de saldos: sirven principalmente porque tienen cero o poco interés al transferir el saldo de otra tarjeta a ella, muchas veces las tarjetas de recompensa también son de transferencia de saldos, por eso la línea que divide un tipo de tarjeta de otra es algo difusa.

Lo mejor, como siempre, es relativo. Siempre está sostenido en base a diferentes bases de criterio que si bien pueden ser hasta cierto punto estandarizadas y eso es algo demostrado por la publicidad, siempre hay quien rompe el molde.

De tal forma que como tal no podemos decidir por ti cual es el mejor tipo de tarjeta que se adaptarte a tu situación económica actual o futura. Pero, sí podemos orientarte un poco más.

Si le temes a las deudas y la idea de no poder cancelarlas a final de mes, quizá lo mejor sería no tener una tarjeta de crédito o limitarte como mucho a una tarjeta asegurada.

Las tarjetas de crédito son herramientas de poder adquisitivo de doble filo y a más de una persona ese poder se les ha salido de las manos.

Sin embargo, también podemos decirte que el que no arriesga no gana y que con la apropiada administración, la adquisición y uso de una o varias tarjetas de crédito te permitirán comprar lo que deseas sin ahogarte en deudas.

Son pocas las cosas en el mundo que son menos relativas que la economía en sí y más aún cuando se toma en cuenta el factor psicológico humano. Al final el adquirir o no cierto tipo de tarjeta de crédito depende de ti y si eso te conviene va de la mano con el tipo de persona que eres.

Nosotros, muy humildemente, apenas y sí podemos usar el conocimiento para mostrarte esta puerta, con algunas especificaciones bastante generales acerca del tema y eres tú quien decide si cruzar o no y exactamente qué ruta tomar después.

Antes ya hemos tocado el tema del puntaje de crédito, que básicamente se aumenta con los grandes movimientos en el banco, incluyendo el pago de las deudas acreditadas con la tarjeta de crédito. Básicamente es una medida de qué tanto el banco puede confiar en ti para asignarte una tarjeta con un límite de crédito mayor.

También hemos hablado de forma general de los diferentes tipos de tarjetas de crédito, incluyendo aquellas con un gran límite. Claro está, grande o pequeño es relativo, una tarjeta que sirve para comprar ítem de unos pocos miles de dólares, puede ser vista como una con un gran límite por muchos y para otros puede significar un límite muy pequeño.

Generalmente las tarjetas con los límites más altos vienen en presentaciones como dorada o de platino, pero ¿alguna vez te has preguntado si existe una que en verdad carezca de límites? Y de ser así ¿Pensaste que la respuesta era sí? Déjame informarte que de ser así, acertaste; efectivamente existe una tarjeta de crédito sin límites y es la American Express Centurium Card.

Con esta tarjeta literalmente puedes comprar un yate si así lo deseaas. Fue hecha para millonarios con historial bancario completamente limpio y no puede solicitarse, en lugar de eso, American Express te selecciona para ofrecértela.

No importa si de manera impulsiva se te dio por comprar un avión privado o un restaurante, con esta tarjeta puedes hacerlo de forma instantánea.

Claro está, aunque esta tarjeta sólo la pueden poseer aquellos que de por sí tienen una fortuna, no deja de ser un arma de doble filo como toda tarjeta de crédito y que con el derroche indicado no hay fortuna que valga para evitar que alguien descienda hasta la pobreza económicamente.

Como dicta la simple y sencilla lógica, en ese caso la tarjeta será rechazada por haber rebasado su límite preestablecido por el banco. No importa qué tan pequeño sea el gasto adicional que desees hacer, una vez la tarjeta alcanza su límite queda inutilizada hasta haber cancelado las deudas y nunca podrá gastarse más allá del límite; lo más parecido es cuando el banco aumenta el límite de la tarjeta y, aun así, siempre el límite es lo máximo que puedes gastar con ella sin recibir un rechazo en el punto de venta.